Reza el dicho «cuida de los peniques y las libras se cuidarán solas». De eso se trata el «escuchar los susurros»: prestar atención a las pequeñas cosas a fin de poder cambiar las cosas más grandes. ¿Quién no sueña con hacer cambios en su vida – bien sea en el campo del rendimiento, el nivel de confort, tensión, estrés o comportamientos?
Tanto para los humanos como para los animales no humanos, muchos pequeños hábitos de postura, acción, actitud y creencia determinan todo lo que hacemos. Es posible que estos hábitos nos faciliten la vida, pero no todos ellos son tan útiles como quisiéramos que fuesen. Es posible que nos lleven al destino deseado, pero pagamos un precio por ello. De hecho algunos hábitos provocan dolor, ansiedad, angustia e incluso enfermedades. Algunas de nuestras posturas y tensiones están vinculadas a estados emocionales, lo cual significa que nuestras respuestas emocionales son el fruto de hábitos y no de elecciones libres. El simple hecho de reconocer la forma habitual en que hacemos las cosas y abrirnos a otras posibilidades puede dar lugar a cambios. ¿Alguna vez has pasado la salida de la autopista porque ibas demasiado de prisa o no viste la señalización o no prestabas atención? A lo mejor estamos perdiendo otras posibilidades para cambiar aspectos de la vida porque vivimos demasiado de prisa, porque funcionamos en «piloto automático» o porque nos fijamos demasiado en el resultado y no en el proceso mismo. Las posibilidades pueden estar ahí, pero, si no nos llaman la atención a voces, no nos enteramos de ellas por el «ruido de fondo» de nuestra vida. Ralentizar y suavizar los sentidos nos permite escuchar la voz que nos susurra «Así es cómo estás haciendo las cosas… pero ¿por qué no intentas hacerlas de esta otra manera?» Así seremos capaces de descubrir y apreciar otras posibilidades. Si practicamos deporte o tocamos música y nos gustaría hacerlo mejor; si padecemos algún dolor o disfunción; si tenemos un perro al que le asustan las tormentas o que tira de la correa; si tenemos un caballo que parece resistirse – el proceso de cambio es el mismo para todos. Cambiar requiere que estemos conscientes de que existen otras posibilidades, otras maneras de moverse, otras posturas, otros comportamientos etc. Nosotros, o nuestros animales, necesitamos sentirnos seguros para explorar estas opciones. Las técnicas del Método Feldenkrais y de Tellington TTouch despiertan la conciencia, nos ofrecen opciones – ¡mientras escuchamos los susurros!
Artículo escrito por Edie Jane Eaton
Traducción: Mary J. Rodríguez M.A.(Hons), Dip. Ed. Dip IAZ
Traducción: Mary J. Rodríguez M.A.(Hons), Dip. Ed. Dip IAZ