Hace unos años durante un viaje a Guatemala me contaron el siguiente chiste.
“Un hombre fue al mercado local donde vio que un vendedor de pescado tenía dos barriles. En cada barril había gambas. Un barril llevaba un precio y otro un precio superior. Un barril estaba abierto y el otro tapado.
El hombre preguntó al vendedor, ‘¿Por qué hay tanta diferencia de precio?. El vendedor le respondió, ‘ Porque los del barril abierto son gambas de Guatemala y estas otras son de importación.’
‘Y ¿por qué hay un barril descubierto y el otro está tapado?’
‘Pues porque las gambas del barril abierto, al ser de Guatemala, no salen. Si una intenta salir, las otras se encargan de agarrarla y bajarla de nuevo. En cambio las gambas japonesas se ayudan mutuamente y se aúpan. Por eso está el barril tapado porque si no se escaparían todas.’
¡Sería fantástico si aprendiésemos de las gambas japonesas! Saldríamos ganando todos, pero sobre todo saldrían ganando los animales que profesamos querer ayudar. Los métodos de educación en positivo que usamos están basados en el respeto mutuo y la cooperación. Para poder forjar un vínculo de cooperación con los animales de otra especie primero tenemos que saber forjarlo entre nosotros.
‘Ésa es mi esperanza para estas Navidades y para el Nuevo Año a cuya puerta estamos llegando.