Tras un par de incidentes desagradables con la perra de una vecina, Salma no confía mucho cuando se le acercan perros desconocidos. ¡Hoy tuvo una experiencia positiva de aprendizaje!
Cuando aparcamos para dar el paseo, salió del coche al lado un señor, que resultó ser inglés pero vive en Madrid, con su perrito vizsla. Preguntó si podrían caminar junto a nosotros y le dijimos que sí. Al principio, yo tenía alguna duda porque no quería que el paseo fuese una experiencia negative para Salma., así que me adelanté un poco mientras el señor le daba el desayuno a su perro, para que Salma pudieses cruzar el puente de madera con la correa puesta y luego se reuniría con el otro perro cuan do los dos podrían estar sueltos.
Archie, el joven vizsla de dos años y medio, tenía mucha energía y al principio Salma me mantuvo muy cerca de nosotros y evitaba el contacto cercano con él. Sin embargo, a medida que avanzábamos en el paseo se fue dando cuenta de que Archie no suponía una amenaza para ella. Se acercaba pero luego se alejaba y este ir y venir le reaseguró a ella. Poco a poco fue aceptando su presencia y, cuando Archie, volvía atrás para ver a su tutor, a la Vuelta Salma lo esperaba y se acercaba para saludarlo. Al final del paseo ya estaba muy relajada con él y su lenguaje corporal era suave y libre de tensión.
Desde hace mucho tiempo deseaba poder tener una experiencia como ésta, pero no se había presentado la oportunidad: caminar en paralelo, libres para ir y venir, libres para estar cerca o más lejos y con amplias oportunidades de disfrutar de otras actividades alternativas como olfatear y correr. Archie lo pasó muy bien saltando a las aguas del lago para buscar unos palos enormes. Eligió los mismos sitios donde le gustaba entrar al agua nuestro beardie anterior, Sasha. Salma no le ve ningún atractivo al agua. ¡No la mira tan siquiera!
Así que, ¡gracias, Archie, por ser tan buen compañero de paseo para. Salma!
Así que, ¡gracias, Archie, por ser tan buen compañero de paseo para. Salma!