En general somos impacientes. En este mundo de gratificación instantánea queremos que todas las dificultades se resuelvan de inmediato como por arte de magia, pero la vida no es así. Cuando trabajamos con los animales, conviene celebrar cada pasito hacia adelante. Cada avance nos acerca más a la meta y, al caminar juntos, se fortalece y profundiza el vínculo entre nosotros y nuestros animales. Ésa es la base de una relación sólida y el fundamento de un buen aprendizaje.
A medida que el animal procesa cada etapa y asimila lo aprendido, se consolidan las lecciones con lo cual los cambios serán más duraderos. En TTouch insistimos mucho en «la pausa» porque es una aliada de gran valor. A veces si decansamos un par de días y permitimos que el animal procese la última lección sentamos la base para un gran paso adelante porque le permitimos asimilar e integrar lo aprendido.
Escribir un diario del progreso, anotando cada pequeño logro, mantiene nuestro compromiso con el trabajo fortaleciendo nuestra confianza y entusiasmo. Cuando se presentan dificultades o llegamos a un «callejón» aparentemente sin salida y nos desanimamos, podemos echar un vistazo hacia atrás para comprobar el punto de partida y el progreso conseguido hasta el momento. De esta manera nos da ánimos para seguir adelante con el entusiasmo renovado.
Siempre hay que tener en cuenta que el paso lo ha de marcar el animal con el que estamos trabajando. Algunos avanzarán más rápido y otros más lentamente, pero al final el paso lo tienen
que marcar ellos.