El día 5 de febrero marcó un hito.Pudimos celebrar el primer taller presencial del Tellington TTouch en dos años. La semana que viene tendremos el segundo día.

Siempre es alentador ver lo comprometida que están algunas personas con mejorar la experiencia vital de sus mascotas. También nos anima ver los cambios, grandes o pequeños, que ocurrieron a lo largo del día.

Wayne, un pequeño yorkshire que tira de la correa como una locomotora, dejó de tirar cuando se le puso un vendaje corporal y con el arnés puesto fue caminando muy bien. Normalmente sólo lleva collar.
Chusco, un adolescente muy ansioso, estuvo hiperexcitado al comienzo pero poco a poco, con el trabajo corporal y los vendajes, se tumbó sobre el costado y se durmió. Tuvimos la oportunidad de practicar la «paloma mensajera» con él en la Pista de Aprendizaje porque afuera con tantas distracciones le costaba trabajo concentrarse y la configuración de la paloma mensajera le dio unos límites y se pudo centrar mejor en el trabajo. Él es una mezcla interesante: ¡pastor alemán y mastín por parte del padre y sabueso por parte de la madre!
A Balú, un joven border collie que pasó los primeros nueve meses de su vida en un recinto reducido sin socialización ni exposición a los acontecimientos normales, le resulta difícil la vida en muchos aspectos, sobre todo el contacto con personas nuevas y los niños que gritan y dan voces. Con él usamos la «abeja» que le ofreció opciones para acercarse o alejarse de una persona desconocida. En ciertos momentos del taller le salió la cola de entre las patas y estuvo más relajado.
India es otra perrita rescatada. A ella le gusta la gente, quizás demasiado, porque se iría con cualquiera que le ofrezca comida, producto de sus días en la calle cuando seguramente la comida no abundaba. El punto principal en su caso es fortalecer el vínculo con su tutora.
Les he dejado sus «deberes» y veremos a ver la semana que viene lo que ha ocurrido mientras tanto